Kamuã Basera: Resguardo Indígena El Itilla, Colombia
Nuestra historia en el territorio
Nuestro territorio es conocido bajo la legislación nacional como Resguardo Indígena El Itilla, pero lo llamamos Kumuã basera, que significa Territorio de los Kumuã. Se encuentra a orillas del alto río Itilla en el norte de la Amazonía colombiana, en el municipio de Calamar, departamento de Guaviare. El resguardo tiene un área de 8.719 ha y quedó incluido dentro del Parque Nacional Serranía de Chiribiquete después de la última ampliación en 2018. Acordado con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la comunidad indígena conserva la propiedad colectiva del territorio.
La comunidad está conformada por familias indígenas del vecino departamento del Vaupés, pertenecientes a varias etnias: Barasano, Carapana, Cubeo, Desano, Piratapuyo, Taiwano, Tatuyo, Tuyuca y Yucuna. Mateo Espinel Montoya fue la primera persona en establecerse aquí en 1979, seguido en 1997por otras familias indígenas. En 1999 se definieron los límites y se comenzó el trámite para la constitución de la comunidad como capitanía y el reconocimiento legal del territorio. El título colectivo como resguardo indígena fue reconocido por el Estado colombiano en diciembre de 2002. Desde 2012, con la llegada de nuevas familias procedentes de Vaupés, hemos fortalecido nuestra organización y logramos construir nuestro Plan de Vida para trabajar unidos.
Originalmente este era el territorio ancestral del pueblo indígena Carijona, que fue diezmado por las epidemias y las caucherías. Algunos quedaron en Chiribiquete como no contactados. Nosotros hemos recibido el encargo de ser «Guardianes de la Serranía de Chiribiquete», hemos quedado como guardianes del territorio de ellos. Por eso, estamos conjugando ambas historias de origen, la nuestra como Tukano Oriental con sabiduría de los kumuá Tuyuca, y la de los Carijonas. Aunque este no es nuestro territorio de origen, mantenemos y compartimos los valores y principios éticos de nuestra Ley de Origen. Consideramos el territorio como fuente de vida; valoramos la oportunidad de vivir en unidad y fortaleza, con organización y gobierno propio, alegría, esperanza y paz, y aportando al sostenimiento de la «maloca común» que es la Tierra.
Organización y autogobierno
La comunidad hoy está conformada por 28 familias, que principalmente emigraron de los ríos Cuduyarií, Querarií, Papurií, Yapuú y Caño Ti. Nos reconocemos como pertenecientes a la familia Tukano Oriental y obedecemos las decisiones de nuestras autoridades ancestrales, nuestros 'payés' y 'kumús'. Las esposas de los kumús son consideradas también como autoridades y sabedoras, participan en ceremonias tradicionales, guían a las otras mujeres en la siembra de la chagra (un área abierta dentro de la selva para plantar cultivos), la preparación de la chicha (nuestra bebida tradicional de yuca), la protección de los conocimientos tradicionales y de las semillas de importancia cultural.
La legislación colombiana reconoce en los territorios indígenas las entidades especiales con su gobierno propio y autoridades tradicionales. En El Itilla estamos organizados como capitanía con una junta de gobierno elegida por consenso y conformada por el capitán, vicecapitán, secretario, fiscal y la representante de las mujeres. A nivel regional, el resguardo está afiliado a la Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas de Miraflores (ASATRIMIG) y la Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC).
Territorio y recursos
La mayor parte de nuestro resguardo está cubierto por bosque primario. Una gran diversidad de árboles nos proporciona aire puro, materias primas para la medicina tradicional y madera para la construcción de casas, canoas y artesanías. Hemos comenzado a identificar las especies más útiles para nosotros, creando inventarios y evaluando aquellas que están amenazadas. Ninguna de las especies forestales identificadas se encuentra amenazada, ya que desde que llegamos aquí́ hemos manejado correctamente el bosque., pero algunas especies de fauna silvestre identificadas están bajo presión de las comunidades vecinas, pues nosotros solo cazamos selectivamente para complementar la dieta con pesca y recolección de frutas silvestres. La base de nuestra alimentación se cultiva en la chagra tradicional: ají́, yuca brava, yuca dulce, piña, plátano, maíz, ñame y otros tubérculos, caña de azúcar, entre otros. Es una agricultura de autoconsumo y rotativa con la técnica de tumba y quema.
El río Itilla es fundamental para nuestra comunidad, nos proporciona agua dulce, peces y es nuestra principal vía de acceso. Hay muchos peces en el río y sus afluentes (que llamamos caños), especialmente en el caño Barro y el caño Lombriz, en las lagunas y las zonas inundables. Pescamos utilizando equipos tradicionales de bajo impacto como anzuelos, cañas y trampas (por ejemplo, matapí y cacurí). Hemos observado disminución en la oferta de pescado, tal vez debido a la tala de bosques para cultivos ilícitos y la pesca indiscriminada por personas de las comunidades vecinas. Algunas de nuestras familias venden o intercambian pescado por otros bienes, sin embargo, hemos logrado acuerdos sociales entre nosotros y con las comunidades vecinas sobre manejo del territorio con reglas claras para la pesca, cacería y recolección de autoconsumo y que prohíben el comercio de recursos del bosque a gran escala.
Aspectos socioculturales
Dentro de la comunidad y, en general, en el resguardo, contamos con normas para el manejo de territorio que se fundan en la Tradición, la relación con los seres naturales, los sitios sagrados y nuestras necesidades (chagras, pesca, caza). Mantenemos y preservamos estas tradiciones ancestrales de modo que nuestros jóvenes reconozcan y valoren su origen, aunque también reconocemos la necesidad de adaptarnos a la realidad que nos rodea.
El Yuruparí, el Dabucaurí y la pintura con Carayurú son rituales de nuestro pueblo que mentenemos como expresión viva y espiritual para renovar la vida y manejar nuestro mundo. Las ceremonias se realizan en la maloca, donde nuestros historiadores y danzadores mantienen y transmiten la Tradición. Para las danzas tradicionales utilizamos instrumentos y elementos culturales como carrizos y otros instrumentos, pintura corporal y coronas de plumas.
Mantenemos y preservamos varias lenguas: Desano, Barasano, Taiwano, Tuyuca y Carapana. Las mujeres son fundamentales para transmitir la lengua propia y el conocimiento tradicional a sus hijos por su función de madres y cuidadoras y por su participación en rituales y ceremonias con los sabedores. Hemos comenzado a construir un plan educativo comunitario que respete, valore y enseñe nuestra cultura, historia y prácticas y que garantice su transmisión.
Amenazas y ayuda necesarias
Queremos seguir siendo indígenas, y por eso es tan importante la construcción de nuestro modelo de educación propia para proteger la transmisión de nuestras lenguas, cultura e identidad. El territorio es el centro de la vida, de él dependemos y a él nos debemos. Como venimos de otro territorio, no disponemos de todos los elementos de nuestra cultura, como plumajes (las coronas de plumas de los sabedores), plantas sagradas y semillas. Esto perjudica la salud del territorio y la comunidad y, por lo tanto, tenemos como prioridad recuperar estos elementos para poder realizar las ceremonias completas del calendario tradicional.
El Parque Nacional Serranía de Chiribiquete se amplió traslapándose sobre la totalidad del resguardo. Esto ofrece oportunidades para aumentar la protección contra la explotación y las actividades ilegales, pero también presenta desafíos para la gestión conjunta sin perder la autonomía de gobierno sobre el territorio. Queremos garantizar nuestros derechos y autoridad colectivos, solicitar la ampliación del resguardo y desarrollar un plan de manejo que respete nuestra cultura y autogobierno. Queremos recorrer todo el territorio para cartografiarlo y hacer inventarios bioculturales que nos empoderen social, cultural y ambientalmente. Hemos emprendido el proceso de autorreconocimiento, declaración y registro internacional como Territorio de Vida—Ticca y valoramos el trabajo en red con otras organizaciones de la Amazonía y de Colombia para intercambiar experiencias y conocimientos, fortalecer propósitos y apoyarnos mutuamente.
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Más información
El sitio web Amazonia, un Territorio de Vida destaca los esfuerzos de organizaciones indígenas en la Amazonía colombiana que trabajan para fortalecer los territorios de vida, preservar el conocimiento ancestral y garantizar el bienestar de las generaciones presentes y futuras.
Para obtener más información sobre El Itilla, visita el siguiente enlace: El Itilla – Territorio de Vida
Este estudio de caso fue publicado originalmente por ONU Medio Ambiente - Centro Mundial para el Seguimiento de la Conservación en 09/21. El contenido fue proporcionado por los custodios de esta TICCA. La TICCA se ha declarado a sí misma y ha pasado por un proceso de revisión por pares para verificar su estado. Más detalles sobre este proceso se pueden encontrar aquí. El contenido de este sitio web no refleja necesariamente las opiniones o políticas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente o WCMC.