Torna Lickana, Argentina
Introducción
El Territorio de Vida Red Torna Lickana significa “nuestra tierra”. Se encuentra en el norte de la República Argentina, en la provincia de Salta en los departamentos de la Poma y los Andes, en la porción del Altiplano conocida como PUNA. El Territorio de Vida se encuentra a una altura de más de 3.500 metros/s/n/m, donde las temperaturas oscilan entre los 30 a 35°C en verano y a 10 a 15°C en el invierno.
La Red Torna Lickana está integrada por 10 comunidades originarias que forman parte del TICCA. Entre ellas están las comunidades de: Incahuasi, Raíces Andinas, Corralito, Matancillas, Casa Colorada, Esquina de Guardia, Tipan, Cobres, Rangel y Cerro Negro. Estas comunidades nucleadas forman parte de la cuenca de Salinas Grandes que abarca las provincias de Salta y Jujuy.
La economía de los pueblos se sustenta en el cuidado y el uso de los recursos naturales, como el cuidado de animales: llamas, vicuñas, ovejas, cabras y vacas; el aprovechamiento de las fibras de los animales para la elaboración de tejidos artesanales, para sus usos y comercialización. La minería social se desarrolla con la explotación de la sal para el abastecimiento de los animales, para uso humano e industrial. Además, las economías se complementan con algunos empleos públicos, como en la Municipalidad, Ministerio de Salud, Ministerio de Educación, Ministerio de Seguridad y planes sociales.
La economía de las comunidades Torna Lickana se basa en la disponibilidad de agua para la supervivencia de sus animales, y para la siembra de hortalizas en lugares con un microclima favorable donde se dispone de agua de los manantiales naturales para el riego.
Las diferentes plantas existentes en el territorio se utilizan para otros fines, como hierbas medicinales y plantas tintóreas.
Historia
Las comunidades indígenas pertenecientes al pueblo Nación Atacama habitamos estos territorios como parte de la Red Torna Lickana. Las investigaciones académicas demuestran que el pueblo Atacama es un pueblo que preexiste a la formación del Estado Nacional Argentino y el Estado Provincial de Salta. Las evidencias avalan que familias de identidad atacameña vivimos en la puna Salteña antes de que este territorio pasara a formar parte de la República Argentina en el año 1900.
Según estudios antropológicos y arqueológicos, los atacameños hemos vivido en esta zona desde hace más de 10.000 años. En particular, el antropólogo Merardo Monne ha comentado toda la bibliografía antropológica sobre nuestra existencia como pueblo y somos testigos de los vestigios arqueológicos que existen en las comunidades aborígenes de Matancillas y Corralito. También otros antropólogos, como Felix Acuto de la Universidad Nacional de La Plata, cuentan con estudios y libros sobre nuestra preexistencia.
Amenazas históricas: Colonización + Creación de fronteras políticas.
A partir de las delimitaciones nacionales y provinciales al momento de conformarse los Estados, el territorio ha sido disputado entre países y provincias. Históricamente, la colonización y la división política del estado fue una importante amenaza para nuestra subsistencia como pueblo. Éramos una Nación, y en el año 1945 el Estado delimitó las provincias y nuestras comunidades quedaron incluidas en la Provincia de Salta. La falta de reconocimiento y respeto hacia todas las comunidades indígenas representan un desafío constante.
Las amenazas persisten la minería tradicional, luego la megaminería y finalmente la minería de litio. Con la explotación minera tradicional, la megaminería y, en el último tiempo, el aumento de proyectos que buscan extraer litio en los humedales altoandinos, se han visto vulnerados nuestros derechos así como la integridad de nuestro territorio y las formas de vida locales. En el pasado, existieron otros avances mineros menos agresivos, el procesamiento de lo extraído se hacía en otras zonas y había menos pasivos ambientales. Actualmente, la minería tiene otra intensidad, existe una sobreexplotación realizada con productos contaminantes y la materia prima se saca del país. Además, las actividad minera trae aparejada otras problemáticas como el aumento de los abusos infantiles en la región.
Conservación
Nuestro pueblo es respetuoso de los valores y creencias transmitidas de generación en generación por nuestros ancestros, de allí el cuidado de la Madre Tierra y el Buen Vivir antes que el desarrollo estratégico o crecimiento económico desmedido. El Buen Vivir es una cosmovisión inspirada en los valores indígenas de América Latina que implica un estilo de vida holístico en el que la vida y la naturaleza son inseparables.
En el Territorio de Vida se emplazan los humedales altoandinos, formados por salares, lagos, lagunas, bofedales; ecosistemas con un valor biológico, cultural social y económico inconmensurable y con los que el pueblo mantiene diferentes formas de vida armónicas y profundamente arraigadas desde tiempos inmemoriales.
Cada comunidad es responsable de la conservación en su territorio. Se lleva adelante el control de especies invasoras, se cultivan hortalizas para dar sombra y leña, para no amenazar a las especies autóctonas, y se toman medidas para que no se expandan en la región. En relación a la agricultura, plantamos árboles y pequeños cultivos, y cada comunidad hace actividad de plantación de plantas exóticas -son plantas que no son de la zona- pero que sirven para la adaptación al clima extremo de la puna. Mantenemos el equilibrio con el ecosistema. También contamos con medicina tradicional para aliviar el malestar cuando llegan personas de visita. Las comunidades cuidamos el salar y lo conservamos, en particular el uso racional del agua, ya que dependemos de ella para consumo.
Las comunidades nos oponemos a las actividades que pongan en riesgo el cuidado de los humedales (como rellenos con tosca para caminos, instalación de actividades que tienen demanda de agua). En este territorio, se hace un uso medido del agua dulce, planificado, para que sea sustentable. Se protege de incendios para evitar que la vegetación sucumba durante periodos secos.
Gestión y gobernanza
El Territorio de Vida Torna Lickana, enfrenta amenazas desde principios del año 2010, cuando llegaron a la zona empresas interesadas en la explotación del litio. Desde entonces, han existido crecientes presiones para avanzar en su extracción, sin que exista un debate integral sobre los impactos culturales, políticos, ambientales, sociales, y económicos que estas actividades generan o pueden generar en el ecosistema y en la vida de las personas que los habitan. Esta actividad puede afectar la calidad y disponibilidad de agua en una región donde ya es escasa y es vital para la supervivencia de una biodiversidad única y el sostenimiento de las formas de vida del pueblo. Además, conociendo a los proyectos mineros que operan en salares vecinos y sus impactos, las comunidades nos oponemos para preservar el territorio. Estos proyectos causan varias perturbaciones, entre ellas:
- Incremento del tránsito, lo que puede provocar accidentes, generar ruido y ahuyentar a los animales e incluso provocar su mortalidad por atropellamiento.
- Perturbación del medio natural como consecuencia de la instalación de pozos de bombeo y caminos para llegar a ellos.
- Incorrecta disposición y manejo de residuos, como botellas, bolsas de plástico y otros residuos que permanecen en el territorio después de su salida.
- Las comunidades también nos vemos afectadas emocionalmente ya que viven intranquilas y en alerta ante la posibilidad de que las empresas mineras se instalen en nuestro territorio.
La amenaza alcanza a los derechos de libre autodeterminación y no se cumplen adecuadamente con los procesos de consulta y consentimiento libre, previo e informado. A partir de ese entonces, comenzó una nueva historia de lucha en defensa de los derechos comunitarios y de la Pachamama (naturaleza).
El pueblo se une a las comunidades de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc de la Provincia de Jujuy con quienes comparten la cuenca del salar (un gran salar en el norte argentino), para avanzar en acciones legales nacionales e internacionales por el reconocimiento y respeto de nuestros derechos.
Las comunidades de la Red Torna Lickana (“nuestra tierra”) construimos un sendero de lucha y de acción política, en un escenario de disputa con los modelos y las políticas funcionales al despojo, en un horizonte por el Buen Vivir, en el que nuestras acciones son propuestas como herramientas estrategias de producción y revalorización de saberes y conocimientos ancestrales. Son alternativas políticas organizativas que tienen su grandeza en la realización comunitaria y se potencian en la perseverancia. Diferente a la realidad que se presentan en modelos y planes de desarrollo que no dialogan con el espíritu de la Red comunitaria, que no dan cuenta de nuestra historia comunitaria, necesidades y potencialidades, donde la voz de la Red no ha sido escuchada.
La protección esperada es, por parte de la Provincia, que cumpla con su deber y función de cuidar y proteger el ambiente . Que los proyectos se detengan. Que otros actores (como ONGs) y fundaciones ambientales apoyen nuestra causa para tener más fuerza.
Finalmente, insistimos en que la posesión legítima y legal del territorio es una herramienta para poder defender los derechos de la Madre Tierra y de sus hijos. En este sentido, las comunidades de la Red Torna Lickana hemos iniciado un proceso judicial para exigir al Estado provincial el título único de propiedad comunitaria.
Próximo paso y lecciones aprendidas
Las comunidades de la Red Torna Lickana llevamos años recorriendo un camino para hacer frente a los conflictos territoriales que se viven en la región. Por ejemplo, el gobierno provincial ha presentado propuestas que van en una dirección distinta a la cosmovisión andina con la que preservan el cuidado y el equilibrio de la Pachamama. En este sentido, las comunidades de la Red Torna Lickana decidimos avanzar en el proceso de registro de este TICCA con el objetivo de mantener los valores culturales y espirituales, preservar nuestra historia, incentivar a los jóvenes para permanecer en la zona, fortalecer el proceso de defensa de nuestros derechos sobre el territorio y la vida comunitaria.
Este estudio de caso fue publicado originalmente por UNEP-WCMC en junio 2025. El contenido fue proporcionado por los custodios de esta TICCA. La TICCA se ha autodeclarado y aún no ha pasado a través de un proceso de revisión por pares para verificar su estado. Puede encontrar más detalles sobre este proceso aquí. El contenido de este sitio web no refleja necesariamente las opiniones o políticas del Programa de ONU Medio Ambiente o UNEP-WCMC.